Lo cierto es que llevábamos ya mucho tiempo prometiendo a David que le ibamos a llevar, pero entre ir a León (ya os mostraré en otra ocasión dónde estuvimos), el campamento, y que ya sabemos cómo es el clima aquí, nos había resultado imposible hasta ahora.
Pescamos alguna cosilla, pero al final decidimos que lo mejor era dejar a los pobres animalillos en su lugar de origen, ¡menos mal, ya me veía con los erizos en casa!...
No hay comentarios:
Publicar un comentario